lunes, 21 de septiembre de 2009

Que no les dijimos: Bandidos, perros viejos… (Virginia Martínez)

La doña que no tenía más que contarnos, nos regala aquí una de sus primeras aventuras en oposición a la autoridad militar. Una anécdota que tiene como protagonista a mi tío Mariano y a Benigno Rodríguez.

Por ay dicen que mi tío era mosquita muerta, pero parece que con unos buenos tapirulazos entre pecho y espalda le daba por hacer travesuras. Bien sabemos que le gastaba los cerillos a mi abuela matando sapos con Chente Izaguirre, pero esa es otra historia…

DI.- ¿Y que más tiene que contarme pues?

VM.- Nada, ya te las conté toditas.

DI.- ¿No se le olvida nada?

VM.- ¡No!

DI.- ¿No se le olvidan ni las putiadas que les pegaba a los guardias?

VM.- ¡Ah! (nos reímos a carcajadas y continua) Bandidos que traían a Mariano preso. Era el entierro de no me acuerdo quien, no me acuerdo quien fue, y andaban ellos en el entierro y de allá venían y se embolaron. Entonces encontraron a Salomón Cañadas y Benigno lo agarró de una canilla, lo bajó del macho y lo tiró al suelo y se fue corriendo y Mariano iba con él. Entonces salieron corriendo con Mariano huyéndole a los guardias.

Di.- ¿y porque andaban huyéndole a los guardias?

VM.- porque los iban a capturar, porque los iban a echar presos porque andaban bolos.
Benigno se logró pasar allá por el lado de la Montaña de la Olla para Honduras, y el Mariano como iba tan bolo, se cae debajo de un palito que había así, de uva. Allí se metió el y se durmió.

(De repente la historia no esta completa. Es de notar que el contrabando de Cususa entre San Pedro y Honduras era fuerte. Y es por eso que los guardias eran poco tolerantes. Por allí cuentan que don Esteban Cepeda, el marido de mi tía Julia, se dedicaba de vez en cuando a estas actividades. Un día, lo agarraron los Guardias en una tapada, con la arganillas llenas de botellas de cususa. El guardia que lo paro lo conocía, y le dice:

- ¡Parece allí don Esteban!

Don Esteban asustado no encontró otra solución que hacerse el loco y se paró. Aquí el dialogo entre don Esteban y el Guardia:

GN.- ¡Parece allí don Esteban!
EC.- ¡Parece allí don Esteban!

GN.- ¿Para donde va don Esteban?
EC.- ¿Para donde va don Esteban?

GN.- ¿Qué lleva allí don Esteban?
EC.- ¿Qué lleva allí don Esteban?

GN.- ¿Cususa verdad?
EC.- ¿Cususa verdad?

GN.- Bueno don Esteban lo vamos a meter preso
EC.- Bueno don Esteban lo vamos a meter preso

GN.- Bájese de la mula
EC.- Bájese de la mula

GN.- Este viejo baboso está loco
EC.- Este viejo baboso está loco

GN.- Quítenle las arganillas y déjenlo ir
EC.- Quítenle las arganillas y déjenlo ir

GN.- Esta vez lo vamos a dejar ir, pero si lo volvemos a ver con esa mierda, lo vamos joder don Esteban
EC.- Esta vez lo vamos a dejar ir, pero si lo volvemos a ver con esa mierda, lo vamos joder don Esteban

El tío Esteban creo que no volvió a contrabandear con Gato de monte)

VM.-… y cuando los guardias pasan ¿verdad? Detrás de Benigno, no lo agarraron, de regreso hayan a Mariano dormido y nosotras íbamos detrás, yo y la Benita como que era la otra o la Cheva, no me acuerdo bien… al caso que cuando lo estaban sacando a Mariano de debajo del palo de uva, bien bolo. ¿Qué es lo que pasa pues? Les dice mariano bien bolo ¿Qué es lo que pasa pues? ¿Qué es lo que pasa pues? ¿Qué es lo que pasa pues?
¡Eh! Tal por cual (hijo de puta) no sabes todavía lo que pasa, ustedes acaban de escapar de matar un muchacho, ay lo bajaron de la bestia y lo mal mataron y todavía no te das cuenta de lo que pasa.

Entonces nosotras agarramos a Mariano y les decimos a los guardias.


- Ustedes no se llevan a Mariano preso.

- Como que no lo llevamos preso, aquí no lo llevamos pues. ¿Quién manda aquí?
- Pues nostras lo llevamos ustedes no lo llevan, ustedes no lo van a tocar a Mariano

Y lo agarramos de un brazo y de otro y ya nos lo llevamos a Mariano. Cuando íbamos a llegar a la fortaleza porque según ellos eran ellos quienes lo llevaban pero éramos nosotras la que lo llevábamos y según ellos nos llevaban presas a nosotras también.

Al llegar a la fortaleza, nos dice Facto Corrales que era el alcalde:

- ¿Qué es lo que pasa pues?


- Que estos hombres traen a Mariano preso, le decimos nosotras, y a Mariano no lo estan echando preso.

Entonces nos dice él:

- Lleven a acostar a mariano y déjenme a mi arreglar este asunto.


Pero en todo el trayecto nosotras les habíamos dicho negruras a los soldados. Que no les dijimos: Bandidos, perros viejos… y cuando llegamos a la fortaleza les dijimos:
Se acordarán que a Mariano no lo van a echar preso ustedes. Y en realidad… allí estaba Fausto Corrales y nos fuimos con Mariano y allí se quedo él con los guardias.

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