jueves, 13 de diciembre de 2018

El culpable no culpado o el asesino tras la cortina.


Hace ya 9 años escribí una nota en mi blog (Memorias de un Caitudo) en donde hacia resaltar que, mientras los medios de comunicación oficiales se dedicaban a denigrar la imagen de un presidente electo por el pueblo y a tratar los gobiernos reformistas de América Latina de comunistas, de enemigos de la propiedad privada, de narcotraficantes, de falsos revolucionarios y culpables de todos los males por los que pasa nuestra América. Que, Mientras los medios de oposición (que no son muchos pero que les pesan los…), enarbolaban y siguen enarbolando la bandera de la defensa de los oprimidos en la acción inmediata y de ellos mismos (recordemos las agresiones a los comunicadores de radio progreso, a los de UNE, la muerte de infinidad de periodistas y reporteros), el verdadero culpable de los dolores de Honduras y de todos los otros paisitos, sigue escondido a los ojos del Mundo que no quiere ver.  El Culpable sin culpa, el verdadero atizador de la llama contrarrevolucionaria se esconde miles de kilómetros de Honduras y usa los 10 peones locales en el poder y a los babosos que creen aun, que en cuba hacen jabón con los viejitos.  El culpable no culpado se esconde detrás de los países que guardan una posición de silencio o que tratan de arreglar el problema con medidas atenuantes y poco convincentes que no hacen más que proteger los intereses de las potencias imperialistas en esos países.  Si no veamos el papel que ha jugado la ONU, la OEA, la Comunidad Europea y otras en toda esta historia.

En está nota trataremos de hacer un poco de historia sobre el problema de la hipoteca de nuestros recursos naturales y como esta hipoteca ha sido un catalizador de los conflictos internos en Honduras desde los fines del siglo XIX hasta hoy. Trataremos de ver como ese culpable no culpado se esconde tras de toda esta trama financiera entreguista y tras la incapacidad de nuestra clase política de ejercer la soberanía que nos corresponde como pueblo.

Desempolvaremos aquí uno de los conceptos básicos de los manuales de sociología, de mis tiempos de estudiante, posiblemente borrados ahora por la censura del sistema educativo de Honduras, me refiero a La economía de enclave.

El enclave


Un enclave en geografía política es, de la manera más simple, es un Estado dentro de otro Estado. Puede manifestarse bajo la forma de territorios autónomos o países que se encuentran enclaustrados dentro de las fronteras de otros. Sin embargo, existe otra dimensión de enclave que tiene que ver con las actividades puramente económicas de empresas transnacionales que se implantan al interior de países frecuentemente en vías de desarrollo. Estas empresas se establecen instalando cierto tipo de gobiernos paralelos no electos y avalados por las concesiones dadas por los gobiernos locales a cambio de pingues retribuciones económicas. En estos casos, los territorios y las personas al interior de la concesión son regidas por las leyes y los reglamentos del poseedor de la concesión, aunque de manera oficial son ciudadanos del estado concesionario. En este sentido, un enclave atenta conta la soberanía territorial, económica y ciudadana de los países concesionarios y por ende contra los derechos individuales establecidos en las constituciones.



El profesor Alfredo Falero de Universidad de la República del Uruguay, en un artículo (La potencialidad heurística del concepto de economía de enclave para repensar el territorio), aparecido en la revista Revista  Nera en 2015, respecto al concepto de enclave apunta:

“Como se ha establecido en otros trabajos…, históricamente, actividades vinculadas a minería y plantaciones en América Latina se realizaron bajo el formato de enclave. Es decir, casos del capitalismo mercantil por los que la producción obtenida en núcleos de actividades primarias era controlada en forma directa desde fuera.

Suponía, paralelamente, la incapacidad de sectores nacionales para reaccionar y competir en la producción de mercancías que exigían condiciones técnicas, sistemas de comercialización y capitales de gran importancia y la dinámica de expansión de las economías centrales que permitía así el control de sectores del entonces mundo periférico (Citando a CARDOSO y FALETTO, 1990: 8 y ss.). Después que esta idea se estableció en la década del sesenta, el concepto fue tendiendo a definir en general una unidad productiva de materia prima o industrial, caracterizada por ser o haber sido por largos períodos, propiedad de empresas extranjeras con escasa vinculación con la economía nacional y por poseer una organización social de centros urbanos identificados con las empresas instaladas. Posteriormente, con la expansión de la industria, también se generaron enclaves. La forma “clásica” de enclave en cuanto a actividades industriales se conecta con las llamadas maquilas. En general implica la deslocalización del montaje de productos electrónicos o de talleres de vestimenta, por ejemplo, con insumos que vienen de otras partes y con un producto final que es reexportado, generándose para ello exoneraciones fiscales. El bajo costo de la fuerza de trabajo es un elemento clave en tal operación de deslocalización”

Yo me permitiría agregar a la lista de Falero los nuevos enclaves con nombres más poéticos, las ZEDES que, desde mi punto de vista, son un ejemplo mas concreto de ese tipo de economía puesto que se le entrega el control total del territorio de la zona a la empresa o empresas que se establecen.

La historia de la historieta




Habiendo planteado de forma breve y teórica lo que es un enclave, veremos como este fenómeno se manifiesta en Honduras durante su corto periodo de vida independiente de España.

Bien es conocido que uno de los fenómenos más machacados de la historia de Honduras, siempre ha sido la del enclave bananero. Quién no conoce, a menos que también los hayan borrado de los libros de enseñanza básica de la historia, a Samuel Semurray, a la United Fruit co. y a la Standard Fruit co. Quién no ha oído hablar de las guerras civiles provocadas por los directivos de esas compañías y sobre la ocupación militar gringa en Honduras para proteger los intereses de esas compañías. Y hablo aquí de una ocupación física con bases militares y todo lo demás, pero también una ocupación sutil en donde el peón de turno en la presidencia le pide permiso al patrón gringo antes de mandar el alma de un frijolito al cielo. Y si no, miremos el papel de los embajadores de los estados unidos en épocas recientes desde John Dimitri Negroponte hasta Heidi Fulton y su dominio sobre los gobiernos pseudodemocráticos de Honduras. 

Como decía, se ha hablado mucho en Honduras en relación al enclave bananero, pero muy poco se ha dicho en relación al enclave minero que también ha sido nefasto para el país y que ha actuado de manera mas sutil en la política hondureña.  En ese contexto es necesario recalcar el papel de gobiernos serviles y de familias locales que han ayudado como testaferros de las compañías mineras internacionales las cuales muchas veces, al estilo de las viejas monarquías, han creado alianzas para aparecer como empresas locales. Es el caso de la Familia Bográn y Soto (el hijo de Marco A. Soto era el esposo de la Hija de Valentine) en el siglo XIX; Callejas en el XX y más recientemente, en el caso de Tocoa, en donde los concesionarios ya no son la compañía extranjera sino un grupo de testaferros locales representantes de las familias más ricas de Honduras.

Pero dejemos el panfleto y volvamos a las cosas serias.

El enclave minero, en Honduras ha sido voraz y inescrupuloso. Por ejemplo, desde el establecimiento de la Rosario Mining Company, quien tuvo el monopolio de la extracción minera en Honduras desde finales del siglo XIX, hasta muy tarde en el siglo XX, con el cierre de la mina de El Mochito, esta compañía no dejo más que pingües ganancias al Estado.

Según un ensayo publicado en la revista YAXKIN (Año 38, Volumen XXIX, No. 1, 2016), que trata sobre las actividades de La Rosario, concluye en que esta compañía, a parte del empleo, contribuyó muy poco al desarrollo del País. Según los autores esta contribuyó a regañadientes y forzada por el gobierno al inicio de la construcción de la carretera del sur.

En cambio, esta compañía si dejo detrás de ella, suelos contaminados en San Juancito, bosques depredados alrededor de sus instalaciones, muertos y asesinatos. Más tarde, el único lago natural de Honduras fue contaminado por las actividades mineras. Además, las condiciones de trabajo en las minas dejaron un buen número de cancerosos y tuberculosos que cuando ya no servían en las bocaminas y en los en los socavones eran tirados como simples piochas gastadas.

En efecto, en el orden económico, me gustaría citar un tan solo ejemplo de una inversión hecha por parte de la Rosario en el desarrollo del país en la que la compañía no sacó provecho. Esta es misión imposible puesto que las carreteras, los puertos, las líneas férreas construidas por la compañía servían principalmente al transporte de sus propios bienes y de manera accesoria al transporte de bienes nacionales. Y aun en eso muchas veces los gobiernos construían e invertían et invierten en la infraestructura para favorecer las compañías. Si no, hagan un poco de investigación y fíjense bien quien y cuando se construyó la carretera entre San Juancito y Tegucigalpa o como la Rosario adquiere los derechos sobre el famoso ferrocarril interoceanico.

Si bien es cierto, dada la extensión de este texto, no se pueden citar ejemplos de inversión y desarrollo por parte de la Rosario y las compañías mineras, si se pueden citar ejemplos de las barbaries y del saqueo por parte de la actividad minera.

Por ejemplo: ¿Quién conoce la cantidad exacta de metal extraído de las minas de Honduras durante todo el siglo XX? ¿Quién conoce en realidad qué tipo de metal se extrajo de El Mochito? Sólo se sabe que se sacaban toneladas de BROZA ¡Oiga bien!  la BROZA, como se le llamaba a la roca salida de las minas, que luego salía en barco para los USA para la subsecuente extracción de metal.  Ahora algunas décadas más tarde se sabe que además de la plata de excelente calidad también esa broza contenía zinc y cadmio. Pero en tiempos de la Rosario, evidentemente no se podia cobrar impuestos por un pucho de piedras que no se sabe lo que contienen y, de todas maneras, el tipo de concesiones que se daban en ese tiempo eran abiertas, sin control y exentas de todo impuesto, además ¡esos gringos si son pendejos, imagínese, se llevan el montón de piedras como si ellos no tuvieran allá! ¿conoce usted un tan solo empresario gringo que sea maje?

Lo que si no se puede pasar por alto es que la minería en Honduras siempre a atentado contra la soberanía territorial y popular. Las confrontaciones por la defensa de la tierra siempre ha sido un elemento presente en la dinámica de extracción de mineral. Así pues, la explotación minera lleva también consigo luchas sociales y reivindicaciones sociales.



Las luchas sociales y la economía de enclave




Las luchas sociales en contra de las violaciones por parte de las compañías mineras en Honduras no datan de ayer.  Miremos de cerca como las mineras se han establecido y como ellas han saqueado los recursos naturales del país, creado alianzas con las familias poderosas de Honduras y, en otras palabras, empobrecido y asesinado nuestros compatriotas.

 Ejemplo del control de los Estados Unidos en Honduras y sobre nuestros recursos naturales es un informe enviado por el cónsul EE UU en Honduras, James J. Peterson, al departamento de comercio exterior de los Estados Unidos en 1892. En este informe Paterson hace una lista detallada de las explotaciones mineras en Honduras. En él se establece que: “Existen en el país más de 30 minas registradas, de las cuales 19 son estadounidenses, 9 son inglesas, 2 son honduro-francesas, 1 es suiza y 1 es francesa. Además, de todas ellas son tres minas estadounidenses las que están en plena producción...” (ver referencias).

¿Cuál es el fin de tener un registro tan preciso de la actividad minera? La respuesta es simple. Conociendo la competencia es más fácil deshacerse de ella. Muchas de esas concesiones mineras fueron absorbidas posteriormente por la Rosario MIning Co., baluarte del saqueo de minero de Honduras. Este tipo de control también es reflejo del interés de los EEUU de salvaguardar los intereses de sus inversionistas en Honduras. De esa manera aseguran el control de los ingresos de capital en su propio territorio y aseguran el ingreso de capital a sus arcas por la vía del control fiscal de las compañías.

En resumen, los majes siempre hemos sido los hondureños al dejar hacer y deshacer con nuestros propios recursos naturales.  El ejemplo histórico más flagrante de nuestra majadería y la de los majaderos que nos han gobernado, es la política minera iniciada desde los gobiernos de Luis Bográn en el siglo XIX y seguidamente con los gobiernos de Manuel Bonilla y los gobiernos subsecuentes. Bien es sabido que todo gobernante que no calzaba el mismo zapato que las compañías fue víctima de una patada, de un Golpe de Estado o de una guerra civil. El ejemplo más reciente es el de Manuel Zelaya Rosales.

Las compañías mineras en Honduras siempre han estado comprometida al deseo y al capital de unos cuantos. En el pasado uno de los cuantos fue la familia Valentine. Esta familia de potentados Gringos son los padres y las madres de, a parte de los abusos cometidos por los españoles, de los atropellos a la soberanía nacional, aliados con familias locales de ricos como la Familia Bográn, Soto, Callejas y los testaferros más recientes.  

Kenneth V. Finney, en su artículo “Rosario and the Election of 1887: The Political Economy of Mining in Honduras” y refiriéndose al Mineral de San Juancito a finales del siglo XIX apunta:


“Washington S. Valentine, la fuerza motriz detrás de la Rosario, encontró y superó una variedad de conflictos entre su empresa y los ciudadanos locales durante la primera década de las operaciones mineras. La mayoría de estos conflictos de intereses, salvo excepciones, derivaron de las exigencias que la mina imponía en sus operaciones. Una de las principales fuentes de fricción era la competencia con los residentes locales por la tierra y otros recursos naturales escasos, como la madera, el agua y la piedra de cal. Otras dificultades surgieron en lo que concierne la aplicación de la ley y las exenciones fiscales. Para sobrellevar la situación, Valentine necesitaba algo más que una mera habilidad empresarial. Así, una comprensión sólida de las realidades políticas locales era esencial. Durante una larga carrera en Honduras, Valentine demostró repetidamente su completo dominio de la política hondureña.

Washington S. Valentine. Fuente: https://mikemcclaughry.wordpress.com/the-reading-library/scientology/scientology-roots/scientology-roots-chapter-eighteen-new-world-order-in-central-america/
 

 El registro de estos primeros conflictos de intereses y su resolución proporciona un formato útil para estudiar la economía política hondureña de finales del siglo XIX. Indica la forma en que el control de monopolio sobre la minería de metales preciosos por parte de Rosario se transformó en inmunidad corporativa, política y legislativa. La historia completa, por supuesto, va más allá de los límites de este documento, pero al principio de la segunda administración de Luis Bogran (1888-1892) los gerentes de Rosario comprendieron firmemente los medios de poder esenciales para su operación sin problemas…


 Conflictos nacientes sus y resoluciones

En contraste con muchas otras compañías mineras hondureñas, los primeros gerentes de Rosario mostraron una visión astuta en la adquisición de la tierra suficiente para proporcionar un acceso libre a la mina y el éxito real de la compañía, que se tradujo en un crecimiento constante de esta última. Su expansión pronto significó que sus requerimientos superaron los primeros sueños dorados de los fundadores y obligaron a la compañía a invadir cada vez más las tierras y los recursos locales en los alrededores de San Juancito.
 La minería de roca madre hecha en la Rosario requirió una sorprendente cantidad de madera. Gran parte de ella fue utilizada como tirantes y soportes de la estructura subterránea de la mina. A principios de siglo, la compañía necesitaba 20,000 de estos "palos" dentro de la mina.  ​​Además, de madera acerrada que los carpinteros de la compañía utilizaron, junto con la cal, para construir los edificios, oficinas, viviendas, laboratorios, molino y otros edificios de superficie necesarios para un campamento minero permanente. Finalmente, como carbón vegetal, la madera constituyó una fuerza energética importante utilizada para mover varias de las principales máquinas de vapor empleadas en el proceso de extracción. Eventualmente, la compañía desforestó toda la cara este de la montaña de San Juancito y tuvo que conducir un conducto (túnel) través de la montaña hacia la cara oeste específicamente para alcanzar las masas vírgenes de árboles. Además, Washington Valentine se comprometió a importar semillas de eucalipto para reforestar el área alrededor de la entrada de la mina.


 El impulso de la Rosario por acceder a una cantidad tan grande de madera y de cal provocó los primeros conflictos registrados con sus vecinos. El código minero hondureño era vago en muchos aspectos del procedimiento para adquirir recursos naturales. En su mayor parte, el código reafirmó la distinción tradicional hispanoamericana entre derechos de superficie y subsuelo. En efecto, esta disposición obligó a los mineros a negociar con los dueños de propiedades aledañas aguas superficiales, madera y otros derechos de superficie. Sin embargo, en un apartado, el código minero delegó la responsabilidad de la asignación de depósitos locales de Cal a los municipios. Por lo tanto, las empresas multinacionales tuvieron que negociar con los ayuntamientos para obtener suministros de este producto esencial de mampostería.

A principios de 1883, el gobierno respondió a la creciente demanda del sector minero por el agua y madera dejando de lado todas las "maderas y aguas" que se encuentran en tierras de propiedad del gobierno (baldíos) para el beneficio exclusivo de las empresas mineras en gran escala. Declaró una moratoria en las ventas de tierras del gobierno a partes privadas dentro de un radio de tres leguas de todos los campamentos mineros.

Ya en 1883, los madereros que trabajaban para Valentine comenzaron a talar árboles que crecían en los predios o ejidos de San Juancito. Los empleados de la Rosario también comenzaron a extraer cal de los depósitos que se encontraban dentro del patrimonio del municipio. Los funcionarios locales pronto expresaron alarma ante el rapaz despilfarro de los recursos de su municipio por parte de la Rosario y exigieron que Valentine pague a las arcas municipales 2,000 pesos por la madera ya cortada y le cobró a la compañía dieciocho centavos la carga de cal. Valentine pagó a regañadientes un monto de 150  Pesos para la madera pero absolutamente se rechazó a pagar un centavo sobre la piedra caliza, en cambio, se quejó ante el recién elegido presidente abiertamente pro estadounidense de Honduras, Luis Bogran.

Valentine denunció que los pobladores locales se habían embarcado en una política antinegocios. Si se permite que persista, advirtió, las operaciones de la compañía se verían obstaculizadas y la expansión sería imposible. Valentine sabía que su amenaza apenas disimulada induciría al gobierno a defender su empresa.
 Los funcionarios locales convocaron una reunión especial de la ciudad para responder a los cargos de Valentine. En su informe de esta reunión al gobierno, rechazaron rotundamente las acusaciones de Valentine. Señalaron que la ciudad había gastado 300 pesos para obtener un título claro para su ejido, cuyos recursos robó a voluntad Valentine. Las autoridades locales instaron al gobierno a prohibir el corte de madera y la extracción de cal hasta que la ciudad y la empresa llegasen a un acuerdo mutuamente aceptables. Además, manifestaron su frustración en una acusación de cierre, Acusando a Valentine de desprecio hacia la constitución hondureña puesto que este acosaba continuamente a las autoridades locales legalmente constituidas.

Desafortunadamente, el registro no indica cómo la ciudad y la compañía resolvieron el problema de la extracción de piedra de cal, pero Valentine evitó a los obstruccionistas locales obtener la protección adecuada de los bosques. Descubrió un decreto de 1865 que otorgaba derechos de madera a los contratistas de carreteras en proporción a las millas de carreteras construidas. Como la Rosario necesitaba una nueva salida de San Juancito a Tegucigalpa de todos modos, Valentine se comprometió a construir un camino carretero desde su complejo minero a la capital si el gobierno reservara secciones de bosque para uso exclusivo de la compañía. A pesar de la naturaleza doblemente servil de esta propuesta, el gobierno aceptó fácilmente la oferta de Valentine. De esta manera, Valentine intentó evitar a los funcionarios municipales.
 La construcción de carreteras resultó ser una de las tareas más ingratas, difíciles y poco gratificantes que Valentine ha realizado en Honduras.”



Como deja claro esta cita las similitudes entre lo que pasa ahora en Honduras y lo que se gestaba en 1887 dejan claro los gobiernos de los últimos 9 años siguen patrones heredados por sus predecesores decimonónicos, con el aditivo del narcotráfico y el marerismo.

Pero también deja claro que los pobladores, también levantaron su grito, que fue ahogado por la corrupción y la falta de representatividad del gobierno Central. Además, recuerden que estos movimientos de protesta se dan de manera aislada y en disonancia con la situación nacional de la época. El punto es que, recuerden, no había para el caso Facebook, Twitter y organizaciones que denunciaran lo que la mina hacía. Sin embargo, el papel siempre estuvo allí, ejemplos de esto es la volante que aparece en Tegucigalpa y que según el autor proviene de la colección Luis Bográn del ANAH. Esta volante dice lo siguiente:



“ADVERTENCIA


Avisamos al Gerente General de Nueva York & Honduras Rosario Mining Company, Washington S. Valentine, residente de la ciudad de San Juancito, que a menos que desista en sus esfuerzos por establecer una colonia en las condiciones que él desea imponer, a menos que se mantenga totalmente dentro de los límites de las leyes de este país, y a menos que Revoque sus proclamaciones hechas en lugares públicos la semana pasada, protestaremos no solo una o dos veces, sino tantas veces como sea necesario para proteger a nuestra gran República Unida, porque estimamos sus leyes liberales y democráticas y su espíritu eminentemente progresista.

Ya no nos tragaremos las ignominias de este individuo, inapto para vivir en esta República. ¡Arruinado, miserable judío! Nosotros sabemos cómo administrar justicia.

Honduras es libre e independiente. Ya no podemos tolerar un "gringo", un "yanqui" y un advenedizo extranjero que viene a inmiscuirse en nuestros asuntos políticos y proclamar leyes, como si fuera un rey.

Tegucigalpa, 2 de agosto de 1887.

HONDURAS ES LIBRE”   (Colección Luis Bográn ANH)

Para la misma época:

“La Compañía Minera Rosario había recibido una concesión de tierras para construir una nueva planta para procesar mineral. Valentine intentó desalojar a tres viejos residentes locales de sus hogares ubicados dentro de los límites de la concesión. Los propietarios de las viviendas amenazados lo llevaron a los tribunales y, sorprendentemente, los tribunales inferiores, de apelación y la Corte Suprema dictaron sentencia contra Valentine. Sorprendido momentáneamente por este desenlace inusual de independencia judicial, Valentine apeló al presidente Bográn. Bográn rechazó de manera complaciente la decisión de la Corte Suprema emitiendo un decreto ejecutivo que le daba a Valentine lo que quería. Un editorial en el periódico oficial del gobierno señaló que "los derechos de los propietarios de las minas no pueden, y no deben, estar subordinados al formalismo dilatorio y excesivamente riguroso de... los procedimientos judiciales” (Finney,  Kenneth V. - 1979 : 14).

Pero esas luchas no paran allí, más tarde en 1900, según el Diario de Honduras,

“Un grupo grande de mineros, se declaró en huelga y que poco a poco fueron adoptando posiciones muy hostiles, al grado que la huelga asumió luego el carácter de sublevación. Los mineros sublevados invadieron la comandancia de la comunidad, en cuyo interior se encontraba refugiado mister Guierlins, quien fungía para ese entonces como súper intendente de la mina y a quien los mineros sublevados buscaban con intenciones nada pacíficas según se establece en el diario mencionado. Al tratar de intervenir para poner el orden, uno de los soldados resultó herido mortalmente. La gravedad de la situación era tal, que hubo necesidad de solicitar ayuda a la capital de la república, misma que fue enviada rápidamente a la comunidad, con órdenes enérgicas de imponer el orden a como diera lugar.” (Diario Honduras, 1900). 

Tomado de : http://media.liveauctiongroup.net/i/10770/11280572_1.jpg?v=8CE50BFD00CE420

Y el descontento se prolonga durante toda la estadía de la Rosario en Honduras hasta la huelga de 1978 con la que se cierra la mina de El Mochito.     

Con esta exposición del papel de la Rosario en las decisiones políticas de Honduras y la contextualización de la economía de enclave podemos pasar a ilustrar lo que pasa en Honduras y en otros países.  El ejemplo histórico de la Rosario dado aquí, no es más que un aliciente para remover conciencias aletargadas y hacer un parangón entre la impunidad de las mineras en el siglo XXI en Honduras y el mundo. Las mineras no tienen escrúpulos su más preciado interés es el usufructo.

Las líneas expuestas en los párrafos anteriores demuestran dos cosas: lo primero es que el servilismo del Ejecutivo o data de hoy. Al leer esos párrafos nos damos cuenta que las empresas transnacionales siempre han conocido el lado débil del Estado de Honduras. Nos damos cuenta que esos entes si han sacado lección de la Historia nacional al copiar los métodos de la Rosario. Sin embargo, los hondureños seguimos entregando lo poco que nos queda a cambio de poco o nada. Nuestros empresarios no invierten en el país, pero si se prestan de testaferros para ganar dinero fácil y ponerlo en paraísos fiscales. Si los capitales de los ricos hondureños fueran invertidos en Honduras y no sirvieran a multiplicar los capitales de esos que tras bastidores nos oprimen, otro gallo nos cantara. Lo segundo, es la actitud de defensa de la soberanía popular y la actitud de lucha de ciertos hondureños conscientes de que esas compañías no vienen sino a socavar y vaciar nuestros recursos. En ese contexto también queda clara la actitud represiva y servilista de las autoridades nacionales al ponerse al servicio de las transnacionales y no del pueblo que los elije.

En una entrevista con Nicolás Gutman un docente de la universidad de Palermo en Argentina y analista del papel de las mineras en América Latina, describe de manera simple y resume bien la situación de las mineras enclavadas en La Provincia de San Juan en Argentina y que refleja muy bien también la realidad de las minas en Honduras

Gutman apunta:

“Entran capitales para explotar el recurso, sin pagar gravámenes o con una imposición muy baja (no pagan impuesto al cheque, a los combustibles, tienen subsidio a la electricidad) y además hacen las liquidaciones en el exterior, con lo que al final la exportación es un simple asiento contable. Esa plata no volvió nunca. Una parte sí, como salarios, infraestructura, catering y…empresas alrededor. Pero si hay 6000 millones de dólares en la mina, ¿cuánto de eso retorna a la economía…? ¿El 3 por ciento de regalías y los salarios?” (https://noalamina.org/argentina/san-juan/item/4922-economia-de-enclave-y-explotacion-no-renovable)



Y si hacemos el paralelo con las actividades de la Rosario en el pasado nos damos cuenta que esta compañía solo en San Juancito, para “principios de siglo, …. empleaba a más de 1,000 mineros. Una de las grandes minas del hemisferio occidental, La Rosario produjo más de ‘$ 100,000,000 a partir de menos de menos de 6,500,000 toneladas’ de mineral antes de que se cerrara en 1954” (Finney,  Kenneth V. – 1979:   citando a Kenneth H. Matheson, "History of the Rosario Mine, Honduras, Central America," The Mines Magazine (June 1961), 33-38; (July 1961), 22-28.)

La Pregunta es la misma ¿cuánto de ese capital regresó a Honduras? Sin embargo, cuando los obreros de El Mochito fueron a huelga, la empresa no tenía plata para cumplir con las exigencias de los obreros. No seamos ingenuos, una compañía minera nunca pierde.

 Lo que sí es claro es que el ciclo minero no deja más que desastres. Al contrario de los proyectos de desarrollo sostenido. Como apunta Gutman

“Israel exporta naranjas y tiene tecnologías por goteo, en el medio de un desierto. La actividad minera se hace en ciclos: primero aparecen los metales, se genera una economía de enclave y cuando se termina el oro, se terminó todo. Esto es un gran negocio para las compañías involucradas, y no es desarrollo. Eso es decir que voy a aprovechar toda la riqueza que está en el suelo…  para dar trabajo de baja calidad, con condiciones de salubridad muy malas, con una tasa de morbilidad altísima. Por más pobres que seamos, si queremos apuntar a subirles empanadas a los mineros y que toda la tecnología esté en manos de los australianos y los canadienses, estamos mal.” (https://noalamina.org/argentina/san-juan/item/4922-economia-de-enclave-y-explotacion-no-renovable)

Si analizamos la crisis política actual de Honduras vemos que todo apunta hacia lo que se quiere ver o hacia lo que nos quieren hacer ver. Nos mandan a diario cortinas de humo que esconden otras realidades más sutiles y aún más peligrosas a largo plazo que el Narcotrafico. Aclaro que no se niega el papel de este flagelo, pero este es evidente omnipresente al punto que se pueden señalar los que lo manejan.   Esas realidades son las susodichas inversiones transnacionales hechas por las compañías mineras.

Como en el pasado estas compañías vienen a atentar conta la soberanía nacional. Se desplazan comunidades, se secan ríos, se generan conflictos entre familias, etc.  Observen claramente como tras de cada proyecto hidroeléctrico, por ejemplo, está una compañía minera cerca. Las minas necesitan una cantidad de agua enorme para el funcionamiento de sus infraestructuras esa agua es desviada hacia túneles, pozos, lagunas de decantación y cuantas cosas mas usan las minas para su sustento. El agua de la represa no vuelve al cause del rio, generando la pérdida de ecosistemas y empobreciendo más a los agricultores. Además, como se observó en San Juancito en el pasado, la producción agrícola se reduce porque los residentes locales se vuelven asalariados de la mina, esto lleva consigo una reducción de la capacidad productiva del país y consecuentemente una reducción de la capacidad de exportación de productos propios al Estado. La mina convierte a los pobladores en consumidores y al Estado en importador de productos básicos que en otros tiempos el mismo país era capaz de producir. ¿Cuántas toneladas de Frijoles Honduras tiene que importar? ¿Cuántas toneladas de cebolla importo el estado este año?  Son preguntas simples pero que reflejan un fenómeno latente.

Y una pregunta mas a largo plazo. ¿Qué pasará cuando los minerales sean agotados? Recuerden que los minerales son recursos Naturales NO RENOBABLES y en consecuencia una vez extraídos, vendidos y convertidos en capital, este ultimo se queda en las manos de quienes lo explotan y bien sabido es que no son los hondureños.

Por otro lado, las actividades de compañías canadienses, inglesas, estadounidenses entre otras han ayudado enormemente al desarrollo de la violencia en países africanos productores de oro y diamantes. Vale decir que nosotros boicoteamos Chiquita, pero chiquita es minúscula en comparación al poder económico de los explotadores mineros.

Así, mientras los hondureños nos debatimos entre el espanto y la ternura, las minas, siguen funcionado, contaminando y matando a poquitos la gente y los recursos que nos pertenecen a los hondureños. Se mata impunemente a aquellos que defienden sus tierras y sus ríos, Berta Cáceres es el Mejor ejemplo. Pero sin menospreciar a Berta y a su familia, también hay un número considerable de campesinos y dirigentes ambientalistas que han sido masacrados por los sicarios de las Minas o por los sicarios del estado al servicio de las minas. No lo digo yo, lo dicen los diarios y las organizaciones defensoras de los derechos humanos.  Se vive en un ambiente de impunidad en donde defender la tierra y sus recursos es equivalente al de ser comunista o revolucionario en los años 80 y en donde se condena a los ejecutores del crimen, pero los verdaderos culpables quedan impunes.

Esto nos lleva a argumentar que pocos durante la crisis política de Honduras des de 2009, han llamado la atención sobre las medidas que los gobiernos anteriores a Manuel Zelaya hicieron para abrir las puertas de Honduras al nuevo colonialismo empresarial producto del Capitalismo del siglo XXI.

Basta con ver la ley de minería de Honduras promulgada en 1988, la cual autoriza la explotación minera en todo el país sin tener cuenta de la vocación del territorio en la que se implanta la mina. Esta ley empuja a nosotros hondureños a jugar a David y Goliat. Mientras las máquinas mineras se preparan con antelación a cumplir las pocas exigencias que le prescribe la ley. El pueblito que será dinamitado para darle paso al gigante, sólo tiene 15 días para prepararse y Todas las verdaderas ONG y no aquellas de maletín, así como las organizaciones populares unidas contra el poder de las compagines mineras no hacen más que un pequeño David. En otras palabras, una ley que habré una vez más las puertas al saqueo, a la explotación y a la destrucción de nuestros recursos naturales no es negocio para la gran mayoría del pueblo que no aprovecha en nada de la presencia de las compañías mineras.

Pero siempre habrá una piedra en el zapato de las mineras. Algunos no hicieron oído sordo a las quejas de un pueblo, algunos que ahora son tratados de traidores a la patria y de radicales de izquierda, se dieron cuenta que los únicos perdedores en esta batalla contra Gold-iat eran los hondureños. Es así que las moratorias impuestas al otorgamiento de concesiones mineras por el Gobierno de Zelaya, el aumento al salario mínimo, entre otras cosas, no hicieron ningún bien a las trasnacionales del metal. Poner el salario mínimo justo al nivel de la tasa se inflación es una medida demasiado socializante y por consecuencia injusta ante los ojos de nuestra pobre clase empresarial seguramente accionarios de las compañías mineras. Desde cuando el estar del lado de los caitudos, de los hediondos y de los indios ha sido la prioridad del capital transnacional.

Y como resultado de esas medidas, lo que se nos vino encima fue un Golpe de Estado y una violencia política que ya dura 9 años. Ese golpe de estado fue acompañado por el levantamiento casi inmediato de las moratorias impuestas por Zelaya y a revocación de la ley de minería de su gobierno, así como la reactivación de la ley de minería de 1998 y la consolidación del poder las compañías transnacionales y sus testaferros hondureños. También se crean ONG que no son que tentáculos de la corrupción gubernamental y despilfarradores de las susodichas inversiones internacionales.

Démonos cuenta compas-triotas que ninguna compañía transnacional escoge un país por su belleza. El capital extranjero busca en nuestros países llenar los agujeros que le deja el alto grado de sindicalización blanca de los trabajadores de las mismas compañías en los países de donde ellas son originarias. Por ejemplo, la reglamentación de las minas en Canadá es muy estricta y a pesar de eso las batallas ambientalistas son tema de todos los días. Las demandas y los pagos de multas por violación a los reglamentos son también materia cotidiana. Un trabajador minero en Canadá gana un salario elevadísimo (entre 100,000 y 150 000 dólares al año). Mientras tanto en Honduras las minas hacen lo que quieren, la reglamentación es débil y de los salarios ¿qué podríamos decir? Las compañías canadienses han sido señaladas de estar implicadas en actos represivos contra los indígenas en Guatemala, (ver por ejemplo https://www.theguardian.com/environment/andes-to-the-amazon/2014/aug/12/guatemala-gold-mine-protester-beaten-burnt-alive).

Y que decir de Honduras…

Según un informe de defensores en línea del 15 en junio de 2017, el panorama de las acciones de las compañías canadienses es el siguiente:

“En Copán hay mujeres criminalizadas por la subsidiaria MINOSA, también liderazgos locales amenazados y tremendos impactos sobre el río Lara, además de destrucción de bosques y ataques a la moral colectiva de la población. No es un tema menor el soborno a las personas dolientes para demoler su histórico cementerio, sembrado sobre una veta de oro.

En San Ignacio, Francisco Morazán, no es transparente el cierre de la mina ni la forma como serían reparados los daños a centenares de personas enfermas por el consumo de metales pesados en el agua subterránea.

En ambos casos, más las experiencias del Corpus y Las Vegas, existen impactos sobre el medio ambiente y las personas, muchas muertes en impunidad, familias engañadas en nombre del desarrollo nacional, y ataques a las organizaciones defensoras de la vida y la libertad.” (http://defensoresenlinea.com/el-informe-de-canada-sobre-sus-minas-en-honduras/).

Y si a eso le aumentamos el reciente episodio de Tocoa y las protestas de los pobladores del sur y centro de Honduras queda claro que esas empresas tienen poder ilimitado y sin control.

Para concluir con este desahogo, quiero expresar que estos solo son algunos argumentos para buscar más allá de la simple causa política las raíces de la crisis actual de Honduras. El verdadero Culpable no ha sido aún culpado. El culpable queda y posiblemente quedará libre de toda culpa si nosotros pueblo no lo denunciamos. No permitamos que los dueños de lo nuestro sigan riendo en nuestra cara mientras nosotros seguimos atrincherados, sitiados, defendiendo el sueño se una sociedad más justa.

Recordemos que la acción mediática de desinformación no hace más que mandarle polvo a los ojos de un pueblo que se despierta. La confusión sembrada por los medios oficiales y la falta de cultura política dentro de ciertos sectores de la población nos desvía de las verdaderas causas de los procesos históricos. Bien sabido es que detrás de todo movimiento histórico hay un motor económico. La redistribución de la riqueza no hará jamás el encanto de los poseedores de esta. Antes fueron los Bananos y las minas ahora son las minas, las maquilas y la ZEDES. No dejemos que nuestros recursos sean una vez más saqueados y que los intereses económicos capitalistas sin escrúpulos primen sobre las necesidades y los intereses de aquellos que aún tienen sed de justicia.

Desenmascaremos al culpable no culpado ustedes pueblo tienen las armas para hacerlo.



Algunas referencias:


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